La aparición de las nuevas tecnologías y su pleno desarrollo en todos los aspectos de la vida de los individuos ha traído nuevos retos en cuanto a la manera de cómo vemos la economía, las relaciones personales e incluso los problemas legales.
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Ley Orgánica de Protección de Datos o LOPD
La fusión del derecho con el mundo 2.0 cada día se concreta más y se hace necesario sobre todo en un mundo donde cada segundo se procesan millones de datos y la vulnerabilidad de la seguridad cibernética es más frecuente.
Para eso, España dio un paso hacia adelante en esa materia y aprobó un instrumento legal llamado Ley Orgánica de Protección de Datos o LOPD, que garantiza a todos los habitantes la protección de los datos personales dentro del marco de los sistemas informáticos, salvaguardando sus derechos en todo momento.
Para garantizar esta ley, es necesario contar con un software proteccion de datos capaz de aportar valor administrativo, legal y eficaz a una empresa.
El objeto de esta ley es que las organizaciones privadas, fundaciones y hasta entes públicos, se responsabilicen por el tratamiento justo y discreto de los datos íntimos de sus clientes o usuarios preservando su privacidad ante todo.
Origen de la LOPD
Antes de la promulgación de la LOPD el marco legal español se apoyaba en la extinta Ley Orgánica de regulación del tratamiento de los datos de carácter personal y que definió por primera vez la protección de los datos de carácter personal e información de los individuos.
Más adelante y en 1999, las cortes aprobaron un nuevo instrumento legal que daba respuesta a las necesidades modernas de garantizar la protección de datos y reducir los niveles de vulnerabilidad, por lo que se crea la LOPD o Ley de protección de datos.
Esta nuevo ley obliga a las organizaciones a comprometerse a adaptar sus sistemas de seguridad informáticos para resguardar la integridad e intimidad de los usuarios utilizando una serie de métodos regidos por su respectivo reglamento.
La innovación que trajo la LOPD fue la ampliación de la cobertura que protege los ficheros de datos personales y que se fortalecen con la aplicación de esta nueva ley.
Alcances de la LOPD desde 1999
La LOPD de 1999 fue aprobada con el fin de mejorar el control sobre los datos y la información de los usuarios, así como para preservar su intimidad y la de sus familiares.
Basada en el artículo 18 de la Constitución española que consagra el derecho a la intimidad y a la privacidad en las comunicaciones regulando el tratamiento de los datos y ficheros independientemente del origen, encomendando a los ciudadanos para que hagan uso autónomo de su información de la manera en que así lo deseen.
Junto con la aprobación de la ley se crea la Agencia Española de Protección de Datos, organismo encargado de inspeccionar las actividades que cada organización realiza en pro de la protección de datos y de asegurar que el principio del resguardo de la privacidad de los usuarios se mantenga en todo el territorio español.
La agencia trabaja de manera independiente y su director se mantiene en el cargo durante cinco años velando por el cumplimiento de la legislación y del funcionamiento de los ficheros, así como controlar los mecanismos de protección de los datos de cada ciudadano.
La nueva LOPD del 2019 y sus innovaciones
Después de casi una década de vigencia de la LOPD que abarca desde 1999 a 2019, se firmó la nueva Ley de Protección de datos enmarcada dentro de la nueva ley de Protección de Datos Europea y su respectivo reglamento.
Al igual que en el instrumento legal anterior, la nueva ley establece normas muy concretas para que gestionemos esos datos de forma segura y respetuosa con los derechos y garantías.
La innovación que trae esta ley es que está vinculada directamente con el nuevo reglamento europeo de protección de datos, lo que le permite aplicar de manera directa la ley creando condiciones locales para su aplicación.
A diferencia del establecimiento de la edad mínima para ser acogidos por la protección de datos, los demás preceptos del reglamento abarcan todo el entorno de la comunidad europea, lo que la hace una ley completa y acorde con el espíritu de la Unión.
El objetivo de esta regulación es “otorgar a los ciudadanos la capacidad de controlar su propia información personal para que puedan tomar decisiones sobre ésta, como establecer quién puede utilizar su información personal, con qué finalidad, hasta cuándo y pudiendo acceder, limitar, rectificar u oponerse a esa posesión o uso”.
Aunque la sociedad en la que vivimos está completamente digitalizada, todavía muchos mecanismos de protección de datos son débiles y precarios, por lo que se hace necesario diseñar normas y reglamentos de carácter legal a la hora de que cualquier institución o empresa les solicite datos a otras personas.
Con la llegada del nuevo reglamento europeo o RGPD, comienza una nueva era en materia de protección de datos, ya que se comienzan a regularizar todos los consentimientos para que las empresas utilicen los datos de forma consciente y sin abusos, además, de que dichas empresas tendrán la obligación de solicitar autorización para hacer uso de esos datos y de almacenarlos durante el tiempo que el usuario así lo decida.
Por otro lado, el reglamento propone que las condiciones y autorizaciones se escriban de forma clara y legible y con un lenguaje sencillo para que sea entendido por todos, dejando a un lado los tecnicismos jurídicos.
El uso de los ficheros pasa a convertirse en “tratamientos”, donde se deberá escribir los tratamientos que se realicen en cada información y las medidas de seguridad a tener en cuenta en cada caso.