Maneras tontas de morir

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“Nada ni nadie es para siempre” o “todos estamos en esta vida de paso”, son algunas de las frases conocidas que hacen referencia al fin de la vida de un individuo en un momento. No obstante, la misma puede culminar por diversos motivos y formas.

Descubre cuáles son las maneras más tontas de morir

Hay montones de contextos y situaciones que hacen que una persona cruce al otro lado y las que más eco generan son las se dan por acciones o situaciones tontas que acaban con la vida de un humano debido a, en muchas ocasiones, su inocencia o desconocimiento de un suceso que puede culminar de la peor manera. Y no, no os vamos a hablar del día de los santos inocentes, son muertes reales por personas que no han tenido en cuenta su vida.

Un importante fenómeno de los últimos años es el de los autorretratos o selfies

Este se ha convertido en una obsesión para una considerable cantidad de sujetos y los lleva a querer auto fotografiarse como sea con el objetivo de guardar y publicar una foto original, a veces siendo consciente del peligro al que se expone y en otros casos, no.

Tal es así que hace unos años una chica de 18 años quiso sacarse una selfie en el techo de un tren en una estación de Rumania.

muertes por selfies

Se acercó a él, entró en contacto con los cables de alta tensión y en un instante murió tras recibir una descarga de casi 30 mil voltios. No se supo si era consciente del peligro al que se exponía; de todos modos, el fin no justifica los medios y la consecuencia fue la peor. No es el único caso de este tipo.

Un caso menos riesgoso (por las pocas probabilidades de que ocurra) pero que, cabe destacar, mientras haya una leve posibilidad siempre hay que prevenir, es el del joven que utilizó un palo selfie en un pararrayos.

Este objeto permite tener la cámara más alejada que si la tuviera en sus manos, por lo que cuyo uso se justifica si la intención es que en la foto aparezcan varias personas o una gran postal de fondo.

Este joven estaba solo y quiso hacerse una foto con un palo selfie en el medio de una tormenta en el Parque Brecon Beacons, en el sur galés y el objeto atrajo un rayo que le dio (al estar sujetado el elemento con la mano) una importante descarga eléctrica que acabó con su vida.

Otra situación con pinta de finalizar mal y más aún cuando se está seguro de lo que se está haciendo es la que vivió (y padeció) otro adolescente que buscaba tomar una selfie original trepado de la puerta de un baño.

Sujetado con los dos pies, con una de sus manos extendía su celular y con la otra quería sujetarse para acomodarse en la posición ideal. Estar inseguro, incómodo y con la concentración en la foto, se cayó y se golpeó de lleno la cabeza contra el inodoro, lo que lo dejó desmayado durante unos minutos para finalmente, morir desangrado.

Similar a esto último, pero con un considerable fallo en los cálculos, es lo que le sucedió a una joven de 19 años mientras volvía de una fiesta en India; no tuvo mejor idea que autorretratarse en las vías del tren cuando este último estuviera cerca con el objetivo de ser parte de la imagen.

Lo cierto (y lo más importante y grave) es que falló en el cálculo de distancia-velocidad, tomó la fotografía unos segundos tardes y en consecuencia, falleció al ser arrollada por el tren que, obviamente no pudo ni desviar su dirección y tampoco frenar.   

Dentro de cientos de maneras, lugares, contextos y por supuesto estados psicológicos que llevan a una persona a someterse a riesgos mortales solo por el objetivo de sacarse una foto y claro está, equivocarse en el cálculo final.

Otras muertes absurdas

Hay una típica situación que es una de las que más conocidas, escuchadas y leídas: caerse desde las alturas.

Edificios altos

Un balcón, un piso alto de una torre, un puente, un acantilado, una terraza y el techo de una casa, entre tantos otros. Producido generalmente por turistas o mismo por individuos que visitan dicho sitio por primera vez o después de mucho tiempo, el objetivo es claro, poner la cámara arriba de uno y mostrar el vacío que hay detrás (y debajo) dado que se trata de una postal increíble para muchos.

El inconveniente se da cuando tanto el cuerpo como la cabeza se inclinan más de lo debido y, por cuestiones físicas, el cuerpo y el sujeto caen al vacío. El final posible es solo uno, ya que, salvo en algún caso muy milagroso, es prácticamente imposible resistir a una caída y golpe de semejante altura.

Cuando un simple mal movimiento o desconcentración de unos segundos pueden ser letales, siempre hay que prevenir y nunca tomar el riesgo. Esto es lo que no hicieron quienes acabaron con su vida en un accidente vehicular producido al momento de querer autorretratarse al volante.

Esto sucede porque el individuo se desconcentra y, por ello, pierde el control del mismo, lo que produce un choque frontal contra otro vehículo que viene en la dirección contraria por el otro carril, un impacto de lleno contra un poste u objeto quieto (ubicado al costado de la carretera y que el conductor no da cuenta de la pérdida de control) o en el caso de la ruta o autopista, perder por completo el control del auto y que este termine volcando e incendiándose.

Esto finaliza con la vida tanto del conductor como de los otros pasajeros.  

Por su parte hay una persona que vivió algo mucho menor que lo antes descrito y sin embargo acabó con su vida. Se trata de un turista japonés que intentando sacarse una selfie en las escaleras de un monumento, se resbaló, empezó a rodar por las mismas y, en medio de ello (y pese a las altas posibilidades de sobrevivir) falleció de un infarto al que no pudo resistir.

Es importante saber que para terminar con una vida no hace falta llegar (en estos casos de caídas y choques) al último momento del golpe letal, sino que previo a ello el cuerpo contrae grandes consecuencias que pueden hacer que el corazón y el cerebro dejen de funcionar.

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